Job 37: Dios de las maravillas




12 Asimismo, conforme a sus designios, las nubes giran en derredor,
para hacer sobre la faz del mundo,
en la tierra, lo que él les mande.
13 Él las hará venir, unas veces como castigo,
otras a causa de la tierra
y otras por misericordia.
Job 37: 12-13


Llegamos al final de la intervención de Eliú. Él continúa hablando de la grandeza de Dios que es manifestada a través de las obras de la creación, obras que causan estremecimiento a su corazón, el cual se sobresalta y siente temor ante el poder de Dios manifestado en los grandes rayos y truenos de las tormentas. (v.1)

Llama a Job a escuchar el ruido causado por los truenos, grandes y estrepitosos, que compara con la voz de Dios. (v.2) El ostentoso poder de Dios es ilustrado en la luz, la cual es dirigida por Dios y puede ser vista en todo lugar de la tierra y debajo del cielo. (v.3)  A la luz le sigue el sonido del trueno. (v.4)

Eliú está impresionado con la majestuosidad y poder de las tormentas, los truenos para él igualan la maravillosa voz de Dios, esta obra de la naturaleza es un desafío para su mente  “…nosotros no entendemos” (v.5)

Dios tiene control sobre el clima, las nevadas, aguaceros y tormentas torrenciales se originan por orden de él. (v.6)

Esta es una forma de demostrarle al hombre su poder y hacer que reconozca sus obras, incluso los animales busca refugio del mal clima (v.7)

Eliú sigue enlistando los fenómenos climáticos que causan desasosiego  al corazón del hombre: el torbellino, el frío y las nevadas.

Dios es quien permite la condensación del aire en el cielo para que se produzcan las nubes, o del agua cerca del suelo para que se produzca la niebla o neblina, las cuales suelen formarse de noche cuando el aire es demasiado frío para sostener su humedad, por eso Eliú dice que al llegar el día (la luz) y cuando el sol comienza a calentar estas desaparecen. (vs.9-11)


Así mismo continúa Eliú, las nubes solo hacen sobre la faz del mundo lo que Dios les ordena y aquí presenta tres posibles causas de las tormentas:
1- Algunas veces como castigo.  Los temporales que causan inundaciones, provocando la pérdida de cosechas, ganado, bienes materiales e incluso algunas veces se cobran la vida de las personas. Según Eliú esto sucede por castigo de Dios
2- Otras veces la misma tierra necesita la humedad. Dios orquestó todo de tal manera para que el agua sea la fuente de vida del planeta,  por lo cual está debe cumplir un ciclo (ciclo hidrológico.)
3- Por misericordia. Cuando la sequía se prolonga, se pierden las cosechas y  el ganado, en un ambiente así se hace imposible la vida.  (vs. 12-13)


Después de exponer las maravillas de Dios a través de la creación y los fenómenos climáticos, Eliú vuelve a hacer un llamado a Job para que las considere y lo cuestiona, en s pregunta se denota un desafío; él piensa que Job se considera más sabio de lo que realmente es al pretender interpretar a Dios, Eliú dice: “¿Sabes tú…? ¿Has conocido tú…? ¿Extendiste tú con él los cielos…? (vs.14-18)

Si Job es tan sabio como se lo cree, debe mostrarle como tienen que dirigirse a Dios porque ellos no tienen la idea de cómo hacerlo. (v.19)

En estas palabras hay expresada una gran verdad, Dios no necesita que le contemos, lo que decimos, hacemos y pensamos; él ya lo sabe. (v.20)
Eliú sigue hablando de las maravillas de la creación, hoy refiriéndose al sol que no puede ser visto directamente en pleno día, pero cuando llega el ocaso nos muestra una dorada claridad, que refleja la terrible majestad que hay en Dios. (vs.21, 22)

Y termina su discurso reafirmando el poder de Dios que el hombre no es capaz de alcanzar, reafirmando su justica que es grande y no  opresora. Por todo lo anterior los hombres temen a Dios, pero él no le da importancia a aquellos que se creen sabios. (vs.23, 24)

Sobre la culminación de este discurso Matthew Henry dice: “Nadie puede acusar de injusticia a Dios, pues es imposible que el viole la justicia: sería una contradicción consigo mismo. Que no tiene consideración con los sabios en su propia opinión y, por tanto, tiene en nada las censuras que le puedan dirigir”

Para Eliú Job se creía sabio, y por eso no contaba con el favor de Dios.

Los fenómenos naturales que tanto han fascinado al hombre, son una verdadera muestra de la sabiduría y poder de Dios. Dios le dio al hombre la mayordomía de su creación, pero el pecado del hombre le ha llevado a desempeñar de mala manera su función de mayordomo, por eso Dios ha permitido que los fenómenos naturales se conviertan en castigo para el hombre cuando estos se transforman en desastres.


El hombre ha estudiado los fenómenos para tratar de predecir y minimizar el impacto de los mismos sobre la humanidad, mucho se conoce acerca del tema, pero todo ese conocimiento no le permite al hombre más que minimizar un poco el daño que él mismo ha acarreado sobre sí.  ¿Se mueve Dios en medio de todo? La respuesta es sí, a pesar del pecado del hombre, Dios en su misericordia le permite sobreponerse a un mundo conmocionado a causa del hombre mismo. 


Nuestra mente limitada es incapaz de comprender a Dios en toda su perfección hemos de estar agradecidos por la gracia dada a nosotros y lo que nos ha querido revelar, y aceptar por fe aquello que todavía no entendemos,  pero que un día en su presencia nos será mostrado.

Para meditar:
Escribe una oración de agradecimiento a Dios por sus maravillas, por la misericordia y gracia inmerecida demostrada hacia nosotros

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Job 28: Temer a Dios

Job 39: La sabiduría de Dios y su poder dador de vida

Job 40: La lección del hipopótamo