Rindiendo mis habilidades a ti
___ Y tú, Salomón, hijo mío, reconoce al Dios de tu padre,
y sírvele de todo corazón y con buena disposición, pues el Señor escudriña todo
corazón y discierne todo pensamiento. Si lo buscas, te permitirá que lo
encuentres; si lo abandonas, te rechazará para siempre.__
1Crónicas
28:9
El Señor examina el corazón del hombre con mucha atención, el conoce cada detalle
de nuestros pensamientos y sentimientos, hasta los más ocultos, aquellos que
escondemos de los demás, Dios los entiende.
Es probable que para muchas
personas Dios sea una figura distante casi impersonal, especialmente para
aquellos que no pueden asociarle con la imagen de un padre amoroso pues no
tuvieron la imagen de un padre mientras crecían o su relación con su padre fue fría
y distante, pero la verdad es que Dios no está lejos del hombre, al contrario
desea ser buscado por cada uno de nosotros, él es accesible así que puedes
acercarte a él con confianza pero, si lo
abandonas, te rechazará para siempre. Esta advertencia hecha por David a su
hijo Salomón, es aplicable a nuestra relación con Dios. Si en algún momento de
tu vida decides dejar a Dios de lado, él también lo hará.
La instrucción para Salomón de parte de su padre el
rey David es la siguiente: 1- Reconocer
a al Dios de su padre. 2- Servirle de todo corazón. 3- Servirle con buena
disposición
1. Reconocer a Dios: Implica darle la honra y gloria que se merece, buscarle todos los días y a cada momento. Estar conscientes de que Dios nos conoce en lo más íntimo de nuestros pensamientos y emociones por lo que no lo podemos engañar.
Reconocer a Dios también significa tomarle en cuenta en todas las decisiones que tomamos, hasta en las pequeñas cosas que por cotidianas o insignificantes que nos parezcan, para Dios si son importantes, pues es en lo cotidiano de la vida que realmente demostramos que reconocemos a Dios como nuestro Señor. Vale la pena que te preguntes si realmente le estás dando a Dios el lugar que se merece en tu vida.
2. Servirle de todo corazón: Reconocer a Dios como el único y verdadero te debiera motivar a servirle con gratitud genuina por lo que él es y lo que ha hecho en ti, el servicio a Dios con un corazón agradecido incluye no solo lo que hacemos en los distintos ministerios en los que nos involucramos en nuestras iglesias o a los que apoyamos ya sea en oración o financieramente, sino que cada cosa que nosotros hacemos lo hacemos teniendo en mente que glorificamos a Dios a través de nuestro servicio a los demás, la sociedad en general necesita conocer de Dios y su amor, y eso solo es posible si sus hijos lo reflejamos en nuestros trabajos, en nuestras comunidades, en nuestros centros de estudio, etc.
3. Servirle con buena disposición: La buena disposición tiene que ver con nuestras aptitudes y habilidades, le servimos a Dios con nuestras habilidades y para lo que somos aptos. No todos somos buenos para la enseñanza o nuestras voces no son tan afinadas para cantar, pero tenemos otras habilidades, el principio es que debemos conocer nuestras habilidades y aptitudes y ponerlas al servicio de Dios, es parte de darle el reconocimiento que se merece
Al pensar en el hecho de que Dios examina nuestros
corazones, se me viene a la mente la imagen de Dios tomando mi corazón en su
mano y observando con mucha atención cada uno de los detalles de su interior,
me estremezco al pensar en todas aquellas veces que he dejado que mi corazón me
lleve a pensamientos o a situaciones que no glorifican a Dios, y cada día le
pido que me ayude a tener un corazón limpio y puro delante de él, esto es algo
que por mí misma soy incapaz de lograr, solo su gracia y misericordia puede
sostenerme aún en los momentos que en lo que menos estoy pensando es que Dios
está viendo mi corazón y se entristece con lo que está delante de sus ojos.
David se lo advirtió a Salomón Si lo buscas,
te permitirá que lo encuentres; si lo abandonas, te rechazará para siempre.__
Dios te conoce en lo más profundo de tu ser, y como
nadie en el mundo lo hará jamás, fuiste creada por Dios con habilidades y
aptitudes únicas diseñadas por Dios para que las desarrollaras en su servicio.
Todos tenemos habilidades y aptitudes diferentes, para Dios todos somos
especiales y necesarios en el cuerpo de Cristo, no debemos sentirnos mal ni
menos que otros por no tener las mismas habilidades, o aquellas que están más a
la vista. Cuando nos entregamos completamente en las manos de Dios, le
reconocemos como nuestro Señor y de todo corazón anhelamos servirle y
agradarle, él nos capacita en el desarrollo de
nuestras habilidades.
Oración: Señor ayúdame a reconocerte en todos mis
caminos (decisiones), de todo corazón anhelo servirte, ayúdame a rendir mis
habilidades a ti. En el nombre de Cristo, amén.
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