Salmo 69
Y a mí, que estoy pobre y adolorido,
que me proteja, oh Dios, tu salvación.
Con cánticos alabaré el nombre de Dios;
con acción de gracias lo exaltaré.
Esa ofrenda agradará más al Señor
que la de un toro o un novillo
con sus cuernos y pezuñas.
Los pobres verán esto y se alegrarán;
¡reanimense ustedes, los que buscan a Dios!
Porque el Señor oye a los necesitados,
y no desdeña a su pueblo cautivo.
Salmo 69: 29-33
¿Te has sentido alguna vez perdida, que no hay salida para el problema que estás enfrentando?, ¿Piensas que los que te rodean disfrutan viéndote fracasar o se divierten cada vez que las cosas te salen mal? Algunas veces en mi vida me he sentido así, y ese es el caso de quien escribe el salmo 69, el cual es atribuido a Jeremías y no a David (Matthew Henry).
En este salmo Jeremías o David, se queja a Dios por la situación en la que se encuentra, confesándole que ya está cansado de esperar por su intervención y ya no puede más (v.1-4). Se queja por la cantidad de enemigos que tiene (que son muchos) pero también confiesa sus faltas que no pueden quedar ocultas delante de Dios.
En medio de la queja, el escritor también aprovecha para interceder por otros “… que no sean avergonzados por mi culpa los que en ti esperan; oh Dios de Israel, que no sean humillados por mi culpa los que te buscan” (v.6). Después de interceder por otros sigue quejándose esta vez alegando que sus sufrimientos son a causa de Dios mismo “Por ti”, le dice “yo he sufrido insultos” incluso alega que hasta su propia familia lo ha hecho a un lado. Quienes lo hacen sufrir son los enemigos de Dios haciéndolo objeto de burlas, murmuraciones y parodias que vienen incluso de gente de muy baja condición moral.
Después de quejarse vuelve a pedir a Dios que responda sus oraciones, necesita ser salvado y hace alusión al carácter de Dios por lo que el salmista nos presenta el siguiente listado de características que describen a Dios y por las cuales espera recibir su respuesta: buena voluntad, gran amor, fidelidad, libertador, bondad, gran compasión y redentor. (v.13-18)
Luego de aludir al carácter de Dios le dice “tú conoces cómo y quienes”, es decir el mal y el autor del mal. La dureza con que fue tratado en la que se busca una pizca de compasión para aliviar el sufrimiento, pero ha sido negada por tal motivo llega a un punto en el que pide el mayor castigo que un hombre pueda recibir: ser borrados del libro de la vida.
Finalmente, a partir del v.29 en adelante hay un giro en la forma en que se dirige a Dios, ya no para quejarse sino para alabarle, “Con cánticos alabaré…con acción de gracias lo exaltaré” un corazón agradecido y que alaba a Dios por lo que ha hecho en su vida agrada más que las ofrendas más cuantiosas que se puedan entregar, no hay nada que valga más para el Señor que la adoración sincera.
Nota: No pude evitar al leer este salmo encontrar mucha similitud entre los sufrimientos que describe el escritor y el sufrimiento de nuestro Señor Jesucristo, el enojo que sintió contra los mercaderes que estaban en la entrada del templo, el menosprecio que sintió por parte de su familia.
¿Cuál es la aplicación que yo obtengo de este salmo?
1- El sufrimiento es parte de la vida de todo cristiano, no estamos exentos de él. Hay momentos en los que puedo llegar a sentirme de la misma forma en que se sintió este escritor.
2- Puedo decirle a Dios cómo me siento con sinceridad. Dios conoce mis sentimientos, pero parte de mi relación con él es tener la confianza de llegar a él y decirle “no aguanto más”.
3- Siempre debo reconocer mis faltas, en medio de mi sufrimiento, debo saber distinguir cuando he obrado mal y confesarlo.
4- En medio de mi sufrimiento debe recordar orar por otros. Orar por otros permite que no nos concentremos totalmente en nosotros mismos y darnos cuenta de que no somos los únicos que la estamos pasando mal, es más, siempre habrá alguien que estará en peor situación nuestra y que necesita nuestras oraciones.
5- Debo diferenciar las causas de porque estoy sufriendo, si es por una causa justa es decir por el evangelio, una prueba o simplemente estoy recibiendo las consecuencias de mis malas decisiones.
6- Pedir la protección de Dios en medio de la necesidad y el dolor y alabar, exaltar su nombre con acción de gracias, dar testimonio de lo que Dios hace en mi vida.
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