Job 31: Se declara inocente




4 ¿Acaso él no ve mis caminos
y cuenta todos mis pasos?
5 ¿Es que yo anduve con mentiras,
o corrieron mis pies al engaño?
6 ¡Que Dios me pese en la balanza de la justicia
y reconocerá mi integridad!
Job 31:4-6

Ya son tres meses desde que comencé a estudiar el libro de Job capítulo por capítulo, para mi vida ha sido una gran bendición el profundizar en la historia de este hombre que tiene mucho que enseñarnos sobre el sufrimiento, la historia de Job, es una historia que nos enseña como triunfar sobre las pruebas, sobre las propias debilidades de nuestra humanidad y,  sobre todo es una historia de victoria sobre Satanás y sus planes para destruir nuestra fe y confianza en Dios. 


En este capítulo Job se dirige a sus amigos para una vez más defender su integridad, pero esta vez lo hace de tal forma que, podemos encontrar en estos versos lo que algunos escritores llaman como la cúspide del discurso de Job y otros un reflejo de una “norma de conducta no superada, ni en el Antiguo Testamento, ni en la literatura del cercano Oriente,  ni en la Grecia Clásica, ni en el Nuevo Testamento sin excluir el Sermón del Monte” (Ralph L. Smith).


Job hace referencia a la capacidad de Dios de ver todos “los caminos” que toma el hombre, es decir que a Dios no se le escapa ninguna de las acciones y decisiones que el ser humano toma en el transcurso de su vida, Él lo sabe todo, no hay nada oculto, por lo tanto, si es un Dios que todo lo sabe y todo lo ve, a Dios no le es desconocida la integridad e inocencia de Job.


Este Dios todo conocedor es el único juez capaz de evaluar a Job y con la seguridad que tiene este en su integridad e inocencia, sabe bien que Dios lo reconocerá y lo absolverá  de toda culpa.


Vemos aquí una autoevaluación rigurosa de todos los aspectos de la vida de un hombre: interior, exterior, moral, social, religioso, etc. Todos evaluados desde la perspectiva de la ética, una ética superior a lo establecido en su época. Dice José M. Martínez: “Es como un anticipo de las enseñanzas de Jesús en su Sermón del Monte”. ¿Cuántos hubiésemos salido mal evaluados en este riguroso examen? Pero en el caso de Job, su conciencia se declara triunfante.


Al echar un vistazo a la vida de Job, me estremece pensar en la seguridad y determinación con que defiende su causa, al compararla  con mi propia vida. ¿Tendré yo la misma solvencia moral? ¿Tendré la misma determinación para comprometerme a llevar una vida integra y recta ante Dios?


La determinación de Job por mantenerse integro ante Dios era inquebrantable, ese hecho es lo que le da la seguridad y fuerza para decir: “…y reconocerá mi integridad”. (v.6).


Al ver los medios de comunicación y escuchar noticias de siervos de Dios que han caído en pecados sexuales o de cualquier otro tipo, al ver los casos de corrupción en los líderes sociales de nuestro país, y al ver los altos índices de violencia y criminalidad que existen en una nación  que se declara “Cristiana”,  me doy cuenta de la gran necesidad que tenemos de que se levante una generación de hombres y mujeres fieles a Dios, que como Job puedan dar testimonio de una vida integra, y que con temor reverente se someten al Señorío de su Hijo amado.

Para meditar:
¿Cuál es tu opinión sobre la integridad? ¿Crees que es posible llevar una vida integra o es una utopía?
¿Qué áreas de tu vida necesitas rendir a Cristo?

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