Job 34: Dios ve lo que trato de ocultar
21 Porque
los ojos de Dios están sobre los caminos del hombre,
y ve
todos sus pasos.
22 No hay
tinieblas ni sombra de muerte
donde se
puedan esconder los que hacen el mal.
Job
34:21-22
Dios tiene puestos sus ojos sobre las decisiones que el hombre toma. No
hay secretos que no sean descubiertos por él. No hay sutileza ni astucia capaz
de burlar la vista de Dios. Esta verdad debe hacernos reflexionar el por qué
algunas personas que cometen fechorías no son castigados con la dureza que nosotros
creeríamos que se lo merecen, o todo lo contrario, por qué algunas personas que caen en pecado, están
siendo castigadas con demasiada dureza; las razones Dios las conoce. Es
necesario recordar que Dios lo sabe todo, y él es dueño de sus motivos.
No hay forma de que las personas dedicadas a la maldad puedan ocultar
sus hechos. Es absurdo para el ser humano pensar, que pueda existir un lugar
tan obscuro o apartado, que ni siquiera Dios sea capaz de ver. Es posible que
los que cometen hechos desagradables ante los ojos de Dios puedan engañar a los
hombres, pero a Dios no se le puede engañar, él lo ve todo, lo que estamos
haciendo y lo que pensamos hacer.
He conocido personas que se esfuerzan mucho, tratando de ocultar quienes
son realmente, utilizan máscaras de acuerdo a la ocasión y el lugar en que se
encuentran, algunos tienen una máscara para la iglesia, otra para su centro de
estudio o trabajo y otra para su hogar. Es posible que el resto nunca descubran
sus máscaras, pero hay alguien que sabe bien quienes somos realmente.
Pero qué triste y destructivo es, cuando quienes llevamos máscaras somos
los que deberíamos ser sal y luz en el mundo, que triste es que por llevar
dobles vidas, haya personas que pierdan la oportunidad de
tener una relación personal con Dios. Y que triste es pensar que un día
tendremos que dar cuenta a Dios por todas las máscaras que utilizamos mientras
vivimos, por todo el daño que causamos, y las personas que se alejaron de Dios
o perdieron la oportunidad de tener una verdadera relación de amistad con él
por el mal testimonio que vieron en nosotros.
Dios ve nuestros corazones, nuestras intenciones, y de nada sirve todo
el trabajo y servicio que podamos realizar en la iglesia, si aún no nos
quitamos las máscaras de nuestra vida. Podemos ser reconocidos, la gente puede
incluso llegar a tenernos en gran estima por nuestra supuesta piedad, pero todo ese servicio se convierte en
inmundicia para Dios, que es en primer lugar a quién realmente deberíamos
querer agradar.
13 No me
traigáis más vana ofrenda;
el
incienso me es abominación.
Luna
nueva, sábado y el convocar asambleas,
no lo
puedo sufrir.
¡Son
iniquidad vuestras fiestas solemnes!
14 Mi
alma aborrece vuestras lunas nuevas
y
vuestras fiestas solemnes;
me son
gravosas y cansado estoy de soportarlas.
15 Cuando
extendáis vuestras manos,
yo
esconderé de vosotros mis ojos;
asimismo
cuando multipliquéis la oración,
yo no
oiré;
llenas
están de sangre vuestras manos.
Isaías
1:13-15
¿Puedes reconocer si has estado usando máscaras? ¿En tu hogar? ¿En tu
iglesia? ¿En tu trabajo? ¿En tu centro de estudio? ¿Las personas pueden dar fe de
quien realmente tú eres? Lo más importante, ¿Dios puede dar fe de quién eres?
Me entristece pensar en el tiempo que perdí usando máscaras, en el dolor
que le causé a Dios al no ser la persona que realmente debía ser, y al no tomar
las decisiones correctas, pero adquirí
el compromiso de luchar y esforzarme en llevar una vida que le agrade y honre a
Dios.
Si tú estás usando máscaras en tu vida y tienes miedo de enfrentar la
verdad, te animo a que te tomes de la mano de Dios y le entregues esa parte de
tu vida, Dios quiere tener una verdadera relación contigo.
Para meditar:
¿En qué áreas de tu vida no has sido realmente honesta?
¿Hay algún pecado oculto que necesites confesar?
¿Estas siendo verdadera luz y sal para todos los que te conocen?
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