Dios es eterno




“El eterno Dios es tu refugio y sus brazos eternos son tu apoyo. El echó al enemigo delante de ti, y dijo: ¡Destruye!” Deuteronomio 33:27


Una costumbre del Antiguo Testamento (AT), era bendecir a los hijos antes de morir, Moisés, tomó el papel de padre de Israel y al despedirse del pueblo, los bendice. En el verso 27,  Moisés revela cinco verdades sobre Dios, y su relación con Israel que bien podemos aplicar a nosotros como nuevo pueblo de Dios:



1-    Dios es eterno, no puede ser medido por el tiempo, y no tiene principio y fin.

2-    Es tu refugio. Puedes encontrar protección en Él, pues su amparo  nos libra del peligro

3-    Sus brazos eternos son tu apoyo. Él te sostiene cuando lo necesitas, cuando sientes que tus fuerzas se acaban y ya no puedes dar un paso más puedes estar seguro que puedes descansar en el brazo de Dios pues cuentas con su favor.

4-    Echó al enemigo delante de ti. Hace que caigan todos los que desean mal para nosotros, pelea nuestras batallas así que ya no debemos tener temor; nuestro principal enemigo es Satanás y ya ha sido derrotado.

5-    Habló, dio una orden: ¡Destruye!, como nuestro Grande Capitán nos dirige en la batalla y nos manda que destruyamos todas aquellas cosas de nuestra vida que nos atan a una vida de pecado.



La eternidad de Dios nos garantiza que el refugio y apoyo que encontramos en sus brazos no tiene fin, es para siempre. De esta manera, como creyentes somos más que vencedores, tenemos un triunfo completo, “por medio de aquel que nos amó” (Ro. 8:37), Él es “el autor de nuestra salvación” (He. 2:10; 5:9). Echó de delante de nosotros al enemigo, cuando venció al mundo y despojó a los principados y potestades en la cruz (Jn. 16:33; Col. 2:15)


¡Escuchemos la voz de Dios! ¡Busquemos refugio y apoyo en sus brazos eternos!


Oración: Dios, gracias te doy porque puedo confiar en la eternidad del apoyo y refugio de tus brazos, Tú estás para mí siempre. Tu amor y el plan que tienes para mi  vida transcienden el tiempo.


Comentarios

Entradas más populares de este blog

Job 39: La sabiduría de Dios y su poder dador de vida

Job 41: El reto del Leviatán

Job 7: Con el corazón de Dios