Dios está en todas partes
“¿A dónde me iré de tu Espíritu? ¿Y a dónde huiré de
tu presencia? Si subiera a los cielos allí estás tú y si en el seol hiciera mi
estrado, allí tú estás. Si tomara las alas del alba y habitara en el extremo
del mar, aún allí me guiará tu mano y me asirá tu diestra. Salmo 139:7-10
Este salmo de alabanza fue escrito presuntamente por
David, en estos versos el reconoce la omnipresencia de Dios, su capacidad de
estar en todas partes al mismo tiempo, por lo que no hay un lugar en toda la
tierra donde pueda ocultarse.
Jehová está en los cielos, está en el seol o las
profundidades de la tierra, en cualquier extremo de la superficie terrestre, en
los polos o los océanos, la guía de Dios está presente en todo lugar.
El ser humano no tiene un lugar donde refugiarse o
esconderse del Espíritu de Dios. No importa donde decida habitar o que viajes
escoja emprender, siempre podrá contar con la guía de Dios.
El hecho de que no exista un lugar donde la presencia
de Dios no habite debería ser motivo suficiente para confiar en que él siempre
estará al cuidado nuestro.
Puedo estar segura que no importa los obstáculos que
tenga que superar, o los retos que tenga que enfrentar, no importa en qué lugar
de la Tierra viva o el camino que tenga que recorrer, estoy segura que Dios
cuidará de mí, Él siempre está conmigo, a pesar que haya días en que me sienta
sola, nunca estaré realmente sola.
Sobre estos versos Matthew Henry se cuestiona si el salmista
será capaz de escapar al escrutinio de Dios, si se aleja de su presencia a lo
que él mismo haya la respuesta: ¡No, por cierto!
“Aunque caven hasta el seol, de allá los tomará mi
mano; y aunque suban hasta el cielo de allá los haré descender”.
Si se esconden en la cumbre del Carmelo, allí los
buscaré y los tomaré; y aunque de delante de mis ojos se escondan en lo
profundo del mar, allí mandaré a la serpiente y los morderá.
Y si van en cautiverio delante de sus enemigos, allí
mandaré la espada y los matará; y pondré sobre ellos mis ojos para mal y no
para bien.” Amos 9:2-3
“El seol está descubierto delante de él y el Abadón no
tiene cobertura” Job 26:6
Oración: Señor gracias por tu mano de guía y sostén a
mi vida, por tu protección y compañía constante. Que no me aparte nunca de tu
presencia, para que tus ojos no dejen de verme con agrado.
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