Job 25: Dios es El Señor
2 «El
señorío y el temor están con él,
que hace
la paz en las alturas.
3 ¿No son
incontables sus ejércitos?
¿Sobre
quién no está su luz?
Job
25:2,3
Bildad responde brevemente a Job ya no hablando sobre los malvados y su
bonanza, sino que en su argumento ahora expone de manera rápida la grandeza de
Dios y la pequeñez del hombre resaltado la enorme diferencia entre ambos.
El señorío y el temor están
con él (v.2a) La palabra señorío se refiere a la autoridad, mandato, dominio o
potestad que recibe un señor. El concepto también hace referencia al territorio
que pertenece a esta persona y al estatus o dignidad del que goza
(Wordreference.com). Bildad señala la autoridad y dominio que tiene Dios sobre
toda criatura, Él es dueño de todo cuanto existe, y es digno de ser tratado
como tal. Bildad también reconoce y reverencia la majestad, el poder y santidad
de Dios.
Dios hace la paz en las
alturas (v.2b) Dios forja la paz en los cielos, tiene potestad en el cosmos para crear
armonía. Matthew Henry hace referencia al hecho de que Dios sofocó la rebelión
de Satanás y sus ángeles, la paz es obra de Él (Fil.4:7), por medio de Jesús
(Juan 14:27) y hecha fruto del Espíritu (Gal. 5:22). La paz es perfecta en el
cielo porque ahí es perfecta la santidad y el amor.
¿No son incontables sus
ejércitos? (v.3a) Dios es dueño de un sinnúmero de ángeles que forman
parte de sus ejércitos.
¿Sobre quién no está su
luz? (v.3b) Su luz cubre todo cuanto existe.
Hay dos verdades que se desprenden del análisis de estos dos versos:
1. Dios es dueño y tiene autoridad sobre todo.
2. Dios es digno de esa autoridad, de ser reverenciado y de que sea reconocida su majestad, poder y santidad.
Al pensar en el verdadero significado del Señorío de Dios, me hizo
cuestionarme cuantas veces realmente lo he reverenciado con mi vida.
Todos los días en mis oraciones le digo que él es mi Señor, cada vez que
cantamos en la iglesia le decimos Señor a Dios, pero creo que muchas veces,
aunque lo haya expresado con mi boca, con mi forma de actuar y de pensar he
demostrado todo lo contrario.
Al reverenciar la soberanía de Dios es nuestras vidas, estamos aceptando
que el gobierne nuestros pensamientos, nuestras actitudes, nuestra forma de
actuar y sentir. No podemos decir que Dios es nuestro Señor si tomamos
decisiones sin tomar en cuenta su voluntad, si no queremos renunciar a aquellos
aspectos de nuestra vida que sabemos que están ofendiendo a Dios, aspectos que
tienen que ver con costumbres o relaciones.
Y la paz
de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y
vuestros pensamientos en Cristo Jesús. Por lo demás, hermanos, todo lo que es
verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo
lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en
esto pensad. Lo que aprendisteis, recibisteis, oísteis y visteis en mí, esto
haced; y el Dios de paz estará con vosotros.
Fil.4:7-9
En Fil. 4:7-9 Pablo le dijo a los
Filipenses que la paz de Dios que no puede ser explicada ni entendida por el
ser humano protegería sus corazones y su mente, pero hay algo que tenían que
hacer y era ocupar su mente con buenos pensamientos. Pablo les dio una lista
del tipo de pensamientos en los que debían ocupar su mente. Finalmente les dice
que pongan en práctica sus enseñanzas y su ejemplo, con lo cual podrán contar
con el apoyo de Dios. Si nosotros queremos contar con el apoyo de Dios y sentir
su paz en nuestro corazón debemos ocupar nuestra mente de todo aquello que sea
grato para El, nuestro corazón está donde está nuestra mente, por lo tanto hay
que evaluar qué tipo de información le estamos ofreciendo a nuestra mente ¡eso ya es un gran reto!
La paz os
dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro
corazón ni tenga miedo.
Juan
14:27
En Juan 14:27 Jesús les dijo a sus discípulos que él les dejaba la paz y
que esta paz no es la misma que conoce el mundo. ¿Pero qué tipo de paz es? Nos
lo dice la siguiente parte del verso, No se
turbe vuestro corazón ni tenga miedo. Hace referencia a la paz interna que debe haber
en aquellos que confían en el Hijo de Dios. Dios nuestro Señor por medio de su
Hijo nos da paz.
Si Dios es Señor de todo no tengo porque temer ni preocuparme por los
problemas que pueda enfrentar hoy ni en el futuro, mi confianza está puesta en
Él. La paz es una manifestación del fruto del Espíritu, cuando nosotros
aceptamos el señorío de Dios en nuestras vidas, lo reverenciamos con nuestra
vida, llenamos nuestra mente de pensamientos que agraden a Dios y confiamos en
el Hijo de Dios apropiándonos de la paz que Él le da a los que le siguen,
daremos frutos de paz.
Para meditar:
Dios es Señor, evalúa tus pensamientos ¿Tus pensamientos reverencian a
Dios?
Evalúa la información que le das a tu mente ¿Cuánta de esa información
es realmente buena?
Donde está tu mente está tu corazón, evalúa tus sentimientos ¿Qué tipo
de emociones dominan tu vida? ¿Te domina la ira, los celos, la envidia, el ego?
¿Tienes pensamientos lujuriosos?
¿Qué significa para ti el hecho de que Cristo nos de paz?
Oración: Padre amado,
gracias te doy por ser el Señor de mi vida, que con ella pueda adorarte y darte
el lugar que mereces, que en mi mente y corazón tú seas Señor, y que con mis
actitudes y acciones pueda glorificar tu nombre.
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