Job 29: Caminando en la oscuridad
1 Volvió
Job a reanudar su discurso y dijo:
2 ¡Quién
me volviera como en los meses pasados,
como en
los días en que Dios me guardaba,
3 cuando
sobre mi cabeza hacía resplandecer su lámpara
y a su
luz caminaba yo en la oscuridad!
Job
29:1-3
Job insiste en que Dios ya no lo guarda más.
Evoca el tiempo pasado en el que sentía claramente la dirección de Dios en su
vida, cosa que ya no sucede
En la reanudación de su discurso Job describe el tiempo en que vivía en
prosperidad como si hubiese estado en la punta de una cumbre desde la que ha
caído en un abismo de adversidad donde se encuentra ahora.
Sus primeras palabras son un
deseo (v.2), en el que anhela regresar al tiempo pasado, pues de esa
manera podría cerrar de una vez por todas la boca de sus amigos que no han
hecho más que censurarlo y reprocharle, ¡Si Dios le permitiese recuperar todo
lo perdido, sus propios principios serían la base para el gane de Job en el
debate! ¡La doctrina en la que se sostuvieron para acusarlo injustamente, sería
la misma para declararlo inocente y
volcar toda culpa de injusticia hacia ellos mismos!
Su deseo no se limita a recuperar su prosperidad material sino también a
conseguir restauración emocional y espiritual, esa restauración que le permita
sentir nuevamente el gozo que inundaba su corazón cuando disfrutaba de la
libertad y comunión con Dios y le servía. Eso era en los días de su juventud (v.4)
En la flor de su vida. Según Matthew Henry una de las cosas que hacían que
los meses pasados le hubiesen resultado placenteros era que tenía su
consuelo en Dios. Este era el
principal motivo de su gozo en medio de su prosperidad, pues era la fuente y
dulzura de esa prosperidad que era como una señal del favor de Dios hacía él.
Dios hacía resplandecer su rostro sobre él (núm. 6:25), para guiarle en sus
dudas, consolarle en sus penas, aliviarle las cargas y ayudarle a través de
toda dificultad. (Matthew Henry).
Dice José M. Martínez: Hallamos en Job una gran ilustración de lo que
debe ser la vida de todo creyente. Pero
para tener un estilo de vida como la de Job, esta debe nutrirse mediante
nuestra relación con Dios. Para Job Dios no había representado la figura de una
deidad distante lejana a los
sentimientos de quienes le veneran sino más bien era un Dios vivo, al cual
podía recurrir por guía y protección, y con quien había mantenido una amistad.
Sin esa relación con Dios su vida no tenía sentido ni significado. Además esta
experiencia espiritual o religiosa como lo dice el autor (Martínez) no se
confinaba exclusivamente a Dios, sino que se reflejaba en su relación con sus
semejantes, Job tenía una relación “simpática” con quienes le rodeaban. “Siempre
es así cuando la fe es auténtica.”
Esto me hace pensar en los momentos de mi vida en que me he
sentido caminar en la obscuridad, cuando ha sido difícil sentir la mano de Dios
sobre mí, momentos en los cuales me he dicho a mí misma que nada tiene sentido,
ni valor en esta tierra y ya no quiero dar un paso más. En esos momentos la
única forma en que he podido “escalar ese abismo” ha sido recurrir a Dios en
oración y adoración. Recuerdo una vez, una noche en particular en que la
oscuridad en mi interior era tan grande que oprimía mi pecho y salí de mi cama
y prácticamente me postré en el suelo llorando porque no sentía a Dios cerca de
mí, yo le hablaba y le pedía que alejara toda la tristeza que estaba sintiendo,
y déjame decirte que estaba tan oprimida que sentía que le hablaba al aire,
sentía que Dios no me estaba escuchando, después de orar tomé mi himnario y
comencé a cantar hasta que poco a poco
mi corazón se llenó de paz y de confianza. En ese momento yo escalé el
abismo, y estoy convencida que no lo hice sola, Dios estuvo a mi lado todo el
tiempo, aunque yo no lo sintiera.
No puedo decirte que esos momentos tristes no volverán, yo sé que eso no
es así, yo sé que mientras viva habrá días de mucho gozo pero también habrán
días de oscuridad, pero estoy convencida que incluso en esos días que la
oscuridad parece cernirse con más intensidad sobre mí, aunque no lo sienta es
también cuando Dios estará más cerca de mí,
para protegerme, para guiarme y para recordarme cuanto me ama. Y qué bonito es
ver al pasado para recordar esos momentos tristes de nuestra vida porque justo
después de ellos vinieron momentos de mucho gozo. Recordad como Dios ha obrado
en nuestras vidas tanto en los días buenos
como en los malos, es una forma de siempre tener en la mente y en el
corazón de que Dios es un Dios vivo, que está presente en nuestras vidas, y a
veces es fácil escuchar lo que él tiene que decirnos pero a veces prefiere
permanecer en silencio, ¡Gracias a Dios por ese silencio! Porque en medio de
ese silencio es cuando más crecemos.
También refuerza en mí la convicción de persistir en una vida de
devoción a Dios, pues encuentro en ello el camino real para fortalecer mi
amistad con Él, deseo algún día poder hablar de mi vida pasada con la autoridad
y convicción que lo hacía Job, quien con su integridad y firmeza en sus
principios vivió en temor y obediencia a Dios de todo corazón y eso lo
había convertido en una persona de mucho respeto no solo para las
personas más cercanas a él, sino para la ciudad entera, ¡No había absolutamente
nadie quien pudiera encontrarle falta! ¡Qué lindo llegar al invierno de
nuestras vidas después de haber vivido plenamente amando a Dios y a nuestros semejantes!
Eso también me hace estar todavía más convencida de que la única forma
en que en nuestro país podamos tener un
cambio real, para bien de todos es que los verdaderos cristianos, los hijos de
Dios tengan vidas como la de Job. La gente necesita ver en nosotros la
influencia del evangelio, es urgente que anhelemos vivir en integridad y
firmeza de principios, que realmente puedan ver en nosotros, especialmente en
nosotras las mujeres que tenemos una gran influencia que ejercer en nuestras
familias, personas temerosas de Dios que le obedecen de todo corazón, ¡Qué gran
impacto habría en la nación si llegase a darse! En nuestras comunidades habría
ciudadanos íntegros y líderes confiables, honestos con altos principios
morales, pero principalmente temerosos de Dios.
Para meditar:
Números 6:25 dice: “Jehová haga resplandecer su rostro sobre ti y tenga
de ti misericordia” aprópiate de esta
bendición y hazla tuya.
¿Qué significa para ti que el Señor te mire con agrado?
¿Cómo te sientes al saber que el Señor te extiende su amor?
Comentarios
Publicar un comentario