Job 27: Un hablar recto y bueno




2 ¡Vive Dios, que ha quitado mi derecho,
el Omnipotente, que ha amargado mi alma,
3 que todo el tiempo que mi alma esté en mí
y que haya hálito de Dios en mis narices,
4 mis labios no hablarán iniquidad
ni mi lengua pronunciará mentira!
Job 27:2-4

Job continúa hablando y al expresarse de Dios lo hace con una gran reverencia al reconocer que es un Dios vivo, pero también puede sonar impertinente, al colocarse en el plano de víctima al que el juez le niega la justicia, acusado que no tiene abogado que lo defienda, y llega incluso a sugerir que es el mismo Dios el causante de su sufrimiento. ¿Cuántas veces enviamos un mensaje ambiguo al mundo al expresar que tenemos un Dios que todo lo puede, lleno de misericordia y amor por sus hijos pero llevamos vidas que no reflejan el poder de Dios sobre ellas? ¿Cuántas veces en los tiempos de oración dedicamos más tiempo a la queja y a dejar entre ver de todo lo que carecemos en lugar de exaltar y alabar el nombre de Dios por todo lo alto y sublime que es? 

Pese a todas estas circunstancias apremiantes  Job sigue sosteniendo  su posición de inocente y a la vez confiando en que Dios es bueno, y que su bondad habrá de manifestarse, lo angustiante es la espera de esa manifestación. 

En todo el debate sostenido con sus amigos, los argumentos de Job han sido consistentes a lo que su conciencia le dicta, por lo que no está dispuesto a cambiar su postura solo para evitar seguir en la contienda, si su conciencia le dicta que esto iría contra la verdad. Aún si al sostener la verdad le causara más problemas que beneficios, Job está dispuesto a defenderla cueste lo que le cueste. Job está convencido de que es inocente, por lo que es absurdo pensar que cambiaría su postura, si al hacerlo va contra lo cierto y justo. En un mundo en el que el relativismo ataca lo absoluto de la verdad, un ejemplo como el de Job y su determinación por defenderla, me hace reflexionar sobre mis propias convicciones y principios, ¿hasta qué punto soy realmente capaz de defender lo que considero es verdad? Muchas veces he escuchado argumentos que van en contra de la verdad, minimizándola hasta el punto de casi hacerla desaparecer, expresiones como: la verdad es relativa, depende del punto de vista que lo veas, tu verdad no es mi verdad, si bien es cierto que hay temas que necesitan ser evaluados desde diferentes perspectivas, eso no implica que sean verdades diferentes, sino más bien que para tener la verdad completa es necesario los diferentes análisis. Además difiero de aquellos que argumentan que la verdad es relativa, negando la existencia de absolutos pues  solo esta expresión se convierte en uno.

Sobre esto Matthew Henry dice: En cuestiones dudosas, es peligroso hablar de un modo bien perentorio, pues no conocemos las circunstancias que pueden hacernos cambiar de opinión, pero en un asunto tan claro como este, bien podemos protestar de que no hemos de hablar iniquidad.  Es decir que si bien es cierto tenemos el derecho de defendernos y defender lo que para nosotros es verdad, debemos asegurarnos que tenemos las bases suficientes para atestiguar que esta verdad es sólida, pero si hasta nuestra propia conciencia no nos da la garantía de ello, corremos un gran riesgo al sostener una posición tan terminante.

Encuentro en las palabras de Job un gran ejemplo de la firmeza con la que debiéramos todos defender nuestras convicciones, los principios que definen nuestra vida, dice el escritor José M. Martínez: Con todos sus errores Job da muestra de admirable hombría robustecida por sus principios morales y religiosos. El bombardeo psicológico a que fue sometido por sus visitantes no hizo ningún impacto en la firmeza de sus convicciones. En unos tiempos en que tan fácilmente se vuelve acomodaticia bajo la presión de ideologías diversas; cuando las convicciones son miradas de reojo como si fueran exponente inconfundible de cerrazón mental; cuando la duda, la incertidumbre y el relativismo se imponen, nos hará mucho bien mirar a Job y escuchar de nuevo su apasionada respuesta. 



Las nuevas generaciones se encontrarán en una tarea todavía más difícil pero no imposible si con determinación deciden defender sus ideales o creencias, con el constante bombardeo de los medios de comunicación,  y las redes sociales; tendrán que estar dispuestos a perder la simpatía de sus iguales hasta el punto de la exclusión, la pregunta es ¿estarán dispuestos a pagar el precio? Vivir para la verdad, vivir en integridad, vivir para Dios, es lo que El espera de mí y de cada uno de nosotros, ¿tú que estás leyendo este escrito hoy estas dispuesta o dispuesto a vivir para Dios? Yo espero tener la firmeza de Job para en el momento necesario decir: “Mientras haya vida en mí y aliento divino en mi nariz, mis labios no pronunciarán maldad alguna, ni mi lengua proferirá mentiras” (v.4)


Para meditar:
¿Recuerdas un momento en tu vida en que tus convicciones fueron puestas en duda? ¿Cómo reaccionaste?
¿Si hoy un amigo o amiga o alguien que te interesa cuestionaran tu fe, cómo responderías?
¿Estas dispuesta a vivir por la verdad?

Oración: Señor, que mis convicciones sean firmes y mi corazón integro, que mi hablar sea limpio y recto, que de mi boca no salgan palabras de maldad y mentira


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