Job 14: Como una flor
1 El
hombre, nacido de mujer,
corto de
días y hastiado de sinsabores,
2 brota
como una flor y es cortado,
huye como
una sombra y no permanece.
3 ¿Sobre
él abres tus ojos
y lo
traes a juicio contigo?
4 ¿Quién
hará puro lo inmundo?
¡Nadie!
5
Ciertamente sus días están determinados
y tú has
fijado el número de sus meses:
le has
puesto límites, que no traspasará.
6 Si tú
lo abandonas, él dejará de ser;
entre
tanto, como el jornalero, disfrutará de su jornada.
Job
14:1-6
En los primeros versículos del capítulo 14 de Job podemos encontrar tres
principios que nos enseñan el siguiente mensaje central Dios determina la duración de la vida
humana y la existencia del hombre depende exclusivamente de Él.
1. Brevedad de la vida humana. “El hombre, nacido de
mujer,” comparándolo con Gálatas 4:4 que
dice: “Pero cuando vino el
cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la
Ley”; en ambos textos la frase “nacido de mujer” indica fragilidad,
“vive pocos días y malos” (v.1).
Job ilustra la brevedad de la vida con dos bellas imágenes:
a. La de una flor que es
cortada en medio de su esplendor Mateo 6:28-30
b. La de una sombra que
huye siempre, por más que se quiera alcanzarla, y desaparece al llegar la
noche. Salmo 102:11; Salmo 109: 23; Eclesiastés 6:12
Aunque Jacob había vivido 130 años, los tuvo por días cortos y aunque
David murió colmado de días (no más de 70 años) la vida siempre parece muy breve cuando ya se ha pasado, y toda la
escritura pondera de muchas maneras esa brevedad. Además es una vida llena de
sin sabores, problemas, disgustos, penas y dolores.
Los momentos gratos se pasan rápidamente, mientras que un simple dolor
de muelas, parece durar una eternidad.
4 «Hazme
saber, Jehová, mi fin
y cuánta
sea la medida de mis días;
sepa yo
cuán frágil soy.
5 Diste a
mis días término corto
y mi edad
es como nada delante de ti;
ciertamente,
es apenas un soplo todo ser humano que vive. Selah
6
Ciertamente, como una sombra es el hombre;
ciertamente,
en vano se afana;
amontona
riquezas y no sabe quién las recogerá.
Salmo
39:4-6
2. Pecaminosidad de la vida
humana. ¿Quién hará puro lo
inmundo? ¡Nadie! (4). Job no puede considerarse así mismo
completamente limpio y, por ello, solo puede apelar a la clemencia y a la
misericordia de Dios Salmo 103:8-18
3. Limitación fijada a la vida
humana. “Ciertamente
sus días están determinados y tú has fijado el número de sus meses: le has
puesto límites, que no traspasará.” (5). Nada
ocurre por casualidad. Tampoco nuestra muerte sobreviene a causa de una
flecha arrojada a la ventura; sino que su
plazo, así como el modo y el lugar, están determinados por Dios. (Mi embrión vieron tus ojos, y en tu libro estaban
escritas todas aquellas cosas que fueron luego formadas, sin faltar ni una de
ellas. Salmo 139:5) En atención a esta limitación escatimada de la vida
humana, pide Job a Dios que le conceda algún respiro, como se le hace a un
jornalero, que bastante tiene con la fatiga que sobrelleva el trabajo del día,
sin que se le añada más fatigas y sin sabores.
Si Dios tiene determinado cuanto ha de durar la vida aquí en la Tierra, no
vale la pena vivir preocupadas por lo que no podemos cambiar o controlar. Nuestra confianza debe estar depositada en
el hecho de que nuestra existencia depende de Dios. Hay muchas personas que
con solo saber que están padeciendo una
enfermedad grave, como insuficiencia renal, cáncer o diabetes por ejemplo,
desfallecen, y sus vidas se ven acortadas ya no por la enfermedad en sí, sino
por la actitud de derrota que toman por lo que está fuera de sus manos. A otras
personas las noticias de lo que sucede en el mundo y en sus comunidades les
ocasionan estrés y angustia y viven preocupadas por el terrorismo, la
delincuencia común o las crisis económicas. Todos estos son problemas reales que
se escapan de nuestro control. El
depositar nuestra confianza en Dios nos ayuda a afrontar la angustia y zozobra
que produce este tipo de situaciones. Es Dios el que sabe cuándo y cómo vamos a
morir, así que para que preocuparse por lo que está fuera de nuestro control.
Mientras vivamos debemos buscar
la voluntad de Dios para nuestras vidas y cumplirla, vivir con responsabilidad y disfrutar la vida. Esto
quiere decir que nuestra prioridad debe ser cultivar nuestra relación con Dios,
además debemos trabajar responsablemente sin perder el disfrute de nuestra vida
¿De qué sirve vivir afanadas por el trabajo y las cosas materiales si estamos
descuidando lo que verdaderamente importa? La vida es corta por lo tanto hay
que vivirla con plenitud, disfrutando y compartiendo con nuestra familia y las
personas que amamos
Oración: Te adoro Señor
porque me has mostrado que tú tienes control de mi vida, mi existencia en este mundo
depende de ti; deposito en tus manos las cosas que no puedo cambiar o
controlar, ayúdame a disfrutar la vida cada día cumpliendo tu voluntad.
Para meditar:
1- ¿Has estado preocupada últimamente por un problema al que no encuentras solución?
2- Si hicieras un listado de las cosas a la que más le dedicas el tiempo en un día normal ¿en qué lugar colocas a Dios? ¿Familia? ¿Trabajo?
3- ¿Se ha convertido tu trabajo en una excusa para alejarte de Dios y de tu familia?
4- ¿La situación social de violencia y criminalidad te están quitando la paz?
Qué Belleza! Su Palabra Alumbra y Bendice nuestro entendimiento y nos Confirma nuestra Identidad de creaturas vinculadas a El Padre Eterno creador nuestro y de todo lo existente, Visible o Invvisible. Maravilloso!!
ResponderBorrarAmén! así es Antonio Vazquez
Borrar