Job 16: Qué hacer y qué no ante alguien que sufre



1 Respondió Job, y dijo:
2 Muchas veces he oído cosas como éstas;
Consoladores molestos sois todos vosotros.
3 ¿Tendrán fin las palabras vacías?
¿O qué te anima a responder?
4 También yo podría hablar como vosotros,
Si vuestra alma estuviera en lugar de la mía;
Yo podría hilvanar contra vosotros palabras,
Y sobre vosotros mover mi cabeza.
5 Pero yo os alentaría con mis palabras,
Y la consolación de mis labios apaciguaría vuestro dolor.
Job 16:1-5

¿Te ha sucedido que cuando estás enfrentando un problema, o cometes un error y alguien quiere ayudarte o darte un consejo, tú reaccionas negativamente, no queriendo escuchar a la persona que quiere ayudarte? 

A mí me ha sucedido, y muchas veces; generalmente cuando cometo un error no me gustan que me lo señalen o que quieran corregirme, (yo creo que a la mayoría le ha pasado más de una vez)

En nuestros trabajos, centros de estudio o en nuestros hogares; cuando nos señalan una falta no queremos escuchar, porque sentimos que lo que nos dicen no es para nosotros, porque nos están diciendo algo que ya sabemos, o porque cuestionamos la sabiduría o moralidad de la persona que nos está tratando de aconsejar. 

Esto es lo que le estaba sucediendo a Job. Respondió Job, y dijo: Muchas veces he oído cosas como éstas; Consoladores molestos sois todos vosotros. (vv 1-2) Sus amigos se habían equivocado en la forma en que estaban tratándolo y en las acusaciones que le hacían, pero dentro de todo, había palabras sabias a las que se les podía sacar provecho, pero Job que estaba cansado de las acusaciones  y señalamientos de sus amigos,  les responde, acusándolos de no decirle nada que no supiera ya, y de ser  malos consoladores. 

Tanto Job como sus amigos estaban minimizando recíprocamente la sabiduría, la visión y el buen sentido del otro.

Job se dirige a Elifaz que  había descrito los discursos de Job como vana e inútil palabrería, y  le responde acusándole de lo mismo. ¿Tendrán fin las palabras vacías? ¿O qué te anima a responder? (v.3).  Con dolor Job le reprocha y lo reprende por:

1-Sus innecesarias repeticiones
2- Sus aplicaciones inoportunas. Cuando somos inoportunos nos convertimos en médicos cuya medicina es peor que la enfermedad,  pues nuestras palabras se vuelven como veneno para el paciente  
3- Por su continua impertinencia
4- Por su obstinación. Es osado o arriesgado  formar juicio sobre el estado espiritual de un hombre con base en su condición exterior
5- Por la violación de las sagradas leyes de la amistad

Job les hace ver que si se cambiaran los papeles, él podría actuar como lo hacen ellos, pero no lo haría, sino que trataría de aliviarles la pena y el dolor. También yo podría hablar como vosotros, Si vuestra alma estuviera en lugar de la mía; Yo podría hilvanar contra vosotros palabras, Y sobre vosotros mover mi cabeza. Pero yo os alentaría con mis palabras, Y la consolación de mis labios apaciguaría vuestro dolor (vv.4-5).  Mathew Henry dice: Las buenas palabras no cuestan dinero y pueden hacer mucho bien al que sufre. Las malas palabras no rompen huesos, pero las buenas pueden hacer que se regocijen los huesos rotos (Salmo 51:8)


Cuando nuestros amigos sufren hemos de hacer todo lo posible para fortalecerlos, animarles a confiar en Dios, levantarles el ánimo caído, aliviar sus pesares (si es posible) suprimir la causa de esos pesares; sino, quitarles a ellos el resentimiento  de dichas causas.

La instrucción que podemos obtener de estos versículos es que cuando alguien quiera ayudarnos con un consejo o exhortación, aunque creamos que está equivocado en el juicio que se haga sobre nosotros, no hay que subestimar su sabiduría, la visión o buen juicio de esa persona, pues incluso en estos casos, algo bueno podemos obtener.

Algunos consejos para saber qué hacer  y qué no ante alguien que sufre, derivados de la lectura,  son los siguientes:
1.        No hay que repetirle constantemente lo que ya sabe
2.        No ser inoportuno con nuestras palabras
3.        No ser impertinente
4.        No ser obstinado
5.        Respetar las leyes de la amistad
6.        Con nuestras palabras tratar de transmitir gozo y alegría (Salmo 51:8)
7.        Dedicar escrituras que vayan acorde a la crisis que se está enfrentando
8.        Si queremos aprender como consolar podemos capacitarnos, leer libros, aprender porciones de las escrituras
9.        Orar por ellos
10.      Hacerles sentir que los amamos

Oración: Te adoro Señor porque tú eres el mejor consolador, gracias por tu amistad y tu amor. No permitas que mi corazón se llene de resentimiento contra los que me critiquen, ayúdame a ser una buena amiga, y a tener buenas palabras de ánimo y consuelo para quien las necesite

Preguntas de aplicación:
1- ¿Qué porciones de la Biblia te resultan más significativas en momentos de crisis?
2- Haz un listado de referencias bíblicas en las que puedas encontrar ayuda para enfrentar la muerte de un ser querido, enfermedad, un desastre natural; ponte como meta memorizar esas citas bíblicas en el transcurso de este año.

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