Job 10: Arrancando malezas
Este capítulo nos muestra la
persistencia de Job en seguir quejándose
apasionadamente de su sufrimiento. Tres motivos llevan a Job quejarse abiertamente y con tanto
denuedo; estos son:
I. Su triste condición (v.
1-7)
II. De la aparente
contradicción que ve en el cuidado que Dios tuvo al formarle, y la forma como
ahora le trata (v.8-12)
III. De la enemistad de Dios
contra él a la cual no haya ninguna explicación (v.13-22)
Entonces vemos que el capítulo entero es un lamento dividido en tres
partes. Al estudiarlo quise enfocarme en
los primeros dos versículos:
¡Mi alma está hastiada de mi vida!
Voy a dar libre curso a mi queja,
hablaré con amargura de mi alma.
Diré a Dios: “No me condenes,
sino hazme entender por qué contiendes conmigo.
Job 10:1-2
De los cuales podemos observar que:
1- Job se siente harto de
vivir y se queja abiertamente dejando al
descubierto todos los sentimientos de amargura que lleva dentro. ¡Mi alma está
hastiada de mi vida! Voy a dar libre curso a mi queja, hablaré con amargura de mi alma. (v.1)
Job está
cansado de su situación, la vida ha perdido todo sentido y significado
para él, su corazón se ha llenado de amargura y ese sentimiento lo desborda de
modo que así lo expresa.
Busqué el significado de amargura en internet y encontré esto: en el
griego del Nuevo Testamento, “amargura” proviene de una palabra que significa
punzar. Su raíz hebrea agrega la idea de algo pesado. Finalmente, el uso en el
griego clásico revela el concepto de algo fuerte. La amargura, entonces, es
algo fuerte y pesado que punza hasta lo más profundo del corazón.
La amargura es resultado de sentimientos muy profundos. Tiene raíces,
que se van arraigando cada vez más en lo profundo del corazón. Crecen hasta
ahogar el alma, ya que su crecimiento es interno. Esto nos da una idea de cómo
se sentía Job, estaba tan oprimido que siente una fuerte inclinación a quejarse
abiertamente contra Dios. El comentarista dice que al hablar en la amargura de
su alma podría decir como Pablo: “De manera que ya no soy yo quien hace
aquello, sino el pecado que está en mí”. Romanos 7:17.
2- Ora
para pedirle a Dios que no lo siga
castigando, él quiere entender porque razón le “está haciendo la guerra”. Diré a Dios: “No
me condenes, sino hazme entender por qué contiendes conmigo (v.2)
Aquí vemos que inicia su lamento con una oración. Job siente que Dios lo está
atacando y no entiende el objetivo de su sufrimiento así que inicia pidiéndole que
pare ya, y que le ayude a comprender lo que está pasando en su vida pues hasta
el momento para él no tiene ningún sentido.
Una advertencia que pudiéramos extraer de estos dos versos es que al
estar completamente confundidos por las circunstancias negativas que
atravesamos en la vida, podemos caer en el error de Job, llenarnos de amargura;
nuestra mente y corazón pueden llenarse de pensamientos y deseos malos hacia
otros o hacia nosotros mismos y estos pueden desembocar en acciones, incluso al
igual que Job podemos llegar a perder el deseo de vivir.
¿Qué podemos hacer para evitarlo? Dios en su Palabra nos ha dado principios que podemos utilizar
para luchar contra las raíces de amargura aquí hay tres:
- FeEn juan 16: 33 dice: Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción, pero confiad, yo he vencido al mundo. Aquí se nos manda que confiemos en que Cristo ha vencido al mundo en medio de las aflicciones para tener paz
- Oración. ¡Crea en mí, Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí! Salmo 51:10. Debemos orar pidiéndole a Dios que limpie nuestro corazón de todo sentimiento de amargura y que renueve nuestro espíritu.
- Evitar el pecado de amargura cultivando la bondad y misericordia. Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería, maledicencia y toda malicia. Antes sed bondadosos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo. Efesios 4:31-32.
Me llama la atención que Pablo inicia la lista de pecados que debemos
evitar con el de amargura, esto me indica que la amargura es la que le abre el
camino a los otros pecados, van en secuencia; es como una mala hierba o maleza que echa
raíz, crece, se desarrolla, florece y da como frutos una serie de pecados que son enlistados por Pablo, el enojo, ira, gritería,
maledicencia y toda malicia, así que lo único que podemos hacer con una mala hierba
es arrancarla de raíz
El mensaje principal y advertencia que nos dan estos dos versos es
que a pesar de las circunstancias de la vida debemos evitar que la amargura llene nuestros
corazones pues esta le da cabida a otros pecados que pueden llegar a
destruirnos. Lo que Cristo espera de nosotros es que en esos
momentos en que nos encontramos sin
saber que hacer recurramos a él, que llenemos nuestra mente de sus verdades y
promesas y que clamemos a viva voz que necesitamos su ayuda, alcemos nuestra
voz diciendo ¡Señor ayúdame que yo ya no puedo! Es en ese momento que sentiremos paz.
Preguntas para
meditar
¿Te encuentras a ti misma constantemente repitiendo la conversación que
tuviste con alguien? Al interactuar con ella, ¿te pasas el día recordando cada
palabra o su lenguaje corporal?
¿Te encuentras a
menudo perdiendo la calma? ¿Eres crítica, respondona o grosera?
Oración: Dios te pido perdon por todo sentimiento de amargura alojado en mi, ayúdame a arrancarlos de mi interior y reemplazarlos con el fruto del Espíritu. Te adoro porque tú haz
vencido al mundo y puedo confiar que tú tienes el control, en medio de mis
aflicciones, tú merenuevas
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