Job 9: Sin argumento
Respondió
Job y dijo: «Ciertamente yo sé que esto es así: ¿Cómo se justificará el hombre
delante de Dios?, Si pretendiera discutir con él, no podría responderle a una
cosa entre mil. Job 9:1-3
Mis observaciones:
1.
Delante de Dios, no hay justificación para el hombre
2.
No tiene argumentos para responder
El comentarista:
Bildad había comenzado su discurso reprendiendo a Job por hablar tanto (Cap.
8:2). Job no responde a esto, pero en lo que de Dios no puede torcer derecho
(Cap. 8:3), está de acuerdo con él (v.2)
Hay quienes entienden esto como una queja de la severidad de Dios, por
la forma en que se expresa Job en otros lugares de este mismo capítulo.
Pero hay que tomarlo más bien como una piadosa confesión de la
pecaminosidad del hombre, y de la suya en particular, de forma que si Dios nos
tratase como merecen nuestros pecados estaríamos perdidos.
Job sienta como verdad incontestable que nadie puede contender con su
hacedor. En disputa (v.3) en litigio ante tribunal, como se ve en el contexto
anterior no le podrá responder a una cosa entre mil. Cuando Dios habló a Job
desde un torbellino (Caps.38 y 39) y le dirigió múltiples preguntas, Job no
pudo responder a una sola de ellas. Igualmente, Dios puede acusarnos de mil
ofensas, y no podemos responderle para excusarnos de una sola de ellas.
Mi aplicación:
Al igual que lo hace Job debemos reconocer lo pecaminoso de la
naturaleza del hombre y la nuestra en particular, también hay que
reconocer que ante Dios no hay nada que
pueda justificarnos. ¿Qué pudiéramos hacer o decir que nos justificaría ante
Dios? Aun así ¿Cuántas veces hemos “peleado” con Dios porque no nos gustan las
circunstancias que estamos viviendo? ¿Cuántas veces hemos pecado de falta de
sabiduría al pretender ponernos a la altura de Dios y retarlo? Una vez hablando
con una “hermana en la fe” bastante mayor que
yo, de su madre enferma me dijo: “Yo le he reclamado a Dios por la
condición de mi mamá y le he dicho que si mi madre muere no lo voy a perdonar”,
yo me quede perpleja al escuchar las palabras de la hermana y vino a mi mente
la condición de mi propia madre, una de las cosas que he aprendido de ella es
que a pesar de sus sufrimientos siempre ha aceptado la voluntad de Dios para su
vida.
¿Qué hacemos o logramos con pretender discutir con el Dios sabio y
poderoso? Es como si una hormiga quisiera pelear con un elefante, Job entendía
eso muy bien, “Si pretendiera discutir con él, no podría responderle a una cosa
entre mil” (v.3), ante la santidad de Dios yo no tengo forma de justificarme,
pero en su misericordia Él mismo lo hizo a través de su Hijo Jesucristo y este
es el gran misterio del amor de Dios, en que aun siendo pecadores y tan
miserables Él nos ama y nos justifica si recurrimos a Él, “Pero Dios muestra su
amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.
Con mucha más razón, habiendo sido ya justificados en su sangre, por él seremos
salvos de la ira” Romanos 5:8-9
Preguntas para meditar:
¿Alguna vez le has reclamado a Dios por alguna situación o circunstancia de tu vida?
¿Cómo piensas que puedes remediarlo?
Oración: Te adoro Señor
porque tú eres santo, sabio y poderoso, y porque siendo yo pecadora, sin
justificación alguna; tú enviaste a tu Hijo a morir por mí, a justificarme a mí,
a salvarme y ese es el mayor don que pudiera recibir
Los textos utilizados se sacaron de la Biblia Reina Valera 1995
Comentario revisado: Mathew Henry
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